Sostenibilidad
Crédito de la foto: Better Cotton/Vibhor Yadav Ubicación: Kodinar, Gujarat, India. 2019. Descripción: Campesino bebiendo agua subterránea fresca.

Por Eva Benavidez Clayton, Directora de Comunicaciones de Better Cotton

Uno de los conceptos erróneos más comunes sobre el algodón es que es un 'cultivo sediento', una planta que requiere una gran cantidad de agua para crecer en comparación con otros cultivos. En realidad, el algodón es un cultivo inherentemente tolerante al calor y la sequía, y no un consumidor proporcionalmente alto de agua de riego en comparación con el arroz, el trigo, el maíz, la soja y los cultivos forrajeros.

En celebración de Día Mundial del Agua, que tendrá lugar hoy, 22 de marzo de 2023, exploremos los hechos sobre la relación del algodón con el agua, echemos un vistazo al papel crucial de la administración del agua en la producción de Better Cotton y los pasos que debemos tomar para combatir la escasez de agua y la contaminación.

Los datos del Comité Asesor Internacional del Algodón (ICAC, por sus siglas en inglés) muestran que, para producir 1 kg de pelusa, aproximadamente el equivalente a una camiseta y un par de jeans, el algodón utiliza en todo el mundo 1,931 litros de agua de riego y 6,003 litros de agua de lluvia en promedio. En relación con otros cultivos, esta no es una cantidad desproporcionadamente alta.

También es importante señalar que los datos de ICAC son un promedio mundial y que la cantidad de agua consumida difiere mucho según la región. Por ejemplo, en los EE. UU., los productores de algodón del sureste utilizan en promedio 234 litros de agua de riego por kilogramo de algodón, mientras que los productores del oeste utilizan 3,272 litros, lo que demuestra la importancia de centrarse en el contexto local y regional.

Sin embargo, como destaca Fundación Transformers, debemos reconocer igualmente que los promedios globales tampoco capturan el impacto y no indican si el agua se gestiona de manera sostenible caso por caso.

Etiquetar al algodón como "sediento" aisladamente de su contexto de cultivo es, por lo tanto, engañoso. El algodón cultivado en regiones con escasez de agua puede contribuir a los desafíos de la gestión del agua, pero el clima local, los sistemas de riego deficientes, la pobreza y el fracaso de la gobernanza también son factores que contribuyen.

También debemos recordar que en aproximadamente la mitad de las regiones donde se produce, el algodón es enteramente de secano. La otra mitad requiere algún tipo de riego y, dado que el agua dulce se convierte en un recurso cada vez más escaso y preciado, es fundamental que la utilicemos de manera más sostenible.

Las malas prácticas de riego, o la mala gestión del agua en general, pueden tener efectos devastadores a largo plazo en las actividades agrícolas, en el medio ambiente de toda la cuenca hidrográfica y en las comunidades más amplias que comparten sus recursos hídricos. Este impacto no se limita a la cantidad de agua disponible, sino también a la calidad del agua, debido al uso de agroquímicos como pesticidas y fertilizantes.

Al implementar prácticas agrícolas sostenibles, los agricultores pueden aprender a usar el agua de manera eficiente tanto en las granjas de secano como en las de regadío para lograr mayores rendimientos y consumir y contaminar menos agua. Esto no solo contribuye a un uso más sostenible del agua, sino que también ayuda a los agricultores a mejorar sus medios de vida y a desarrollar resiliencia al cambio climático, algo que será cada vez más importante a medida que se intensifique la presión sobre el suministro de agua.

Los Principios y Criterios de Better Cotton brindan a los agricultores un marco integral para usar el agua de una manera que mejore los rendimientos mientras conserva los recursos para ellos y su comunidad. Para obtener más información, diríjase a este enlace.

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